Morrocoyes: piedras que caminan
Hay algo arraigado en la idiosincrasia de los venezolanos que nunca he terminado de entender del todo: nuestra firme creencia en que tener un morrocoy de mascota es una buena idea.
Una mascota es sencillamente un animal de compañía, hasta aquí vamos bien. El problema está en ¿qué características tiene un buen animal de compañía?.
Cuando menos me parece que debería ser un animal que disfrute de acompañar a su dueño y si además le agregamos que sea más feliz viviendo con humanos de lo que es viviendo por su cuenta las opciones están bastante claras.
Un morrocoy es un animal terrestre sumamente lento que cuando cualquier otro ser vivo quiere interactuar con él su respuesta natural es la esconderse dentro de su caparazón y fingirse invisible.
No se lo puede acariciar, no responde a su nombre, ni siquiera parece notar que existamos la mayor parte del tiempo. Su única preocupación es comer todo lo que se le atraviese por delante y defecar por todas partes.
Estas características le permiten tener el honor de formar parte del grupo de animales que se clasifican como “más cochinos que los cochinos”, ganándose ese puesto con mucho trabajo duro de su parte comiendo porquería y ensuciando una cantidad de espacio desproporcional a su tamaño.
Es además un animal que tiene la habilidad de desaparecer por largos períodos de tiempo sin que nadie se dé cuenta. Luego de 6 meses de ausencia el dueño tendrá un pensamiento efímero: “¿yo no tenía un morrocoy?”, pero no podrá recordarlo con certeza y su vida seguirá con normalidad.
Posteriormente, un promedio de 2 meses después, el morrocoy aparecerá caminando como si nada por el medio del jardín. ¿Dónde estuvo y cómo se alimentaba todo este tiempo? Esa es una pregunta que aún la ciencia no ha logrado responder.
Aún no he logrado entender la fascinación que tenemos los venezolanos por tener siempre mínimo una de estas criaturas como mascota. ¿No sería más práctico pintarle una carita a una piedra y moverla cada 6 meses? Nos haría la misma compañía, y por lo menos no tendría uno que estar pendiente de alimentarla.